Como cada mañana en una solitaria playa del país, el sol aparece lentamente por el horizonte, reemplazando la oscuridad de la noche por hermosos colores que se reflejan en la arena y las rocas, dándole vida al monótono paisaje nocturno por unas horas hasta que llega el día por completo.
Como cada mañana, en esa misma solitaria playa, la gente llega en masa a capturar con sus cámaras tan hermoso paisaje, despojándola de su silencio y gran parte de su color. Los flashes de las cámaras arruinan las fotos de los demás, la basura y los escombros solo provocan la ira de la gente y las peleas por tomar aquella única y hermosa foto son bastante frecuentes.
Como cada mañana y desde que la gente viene en masa para amargarse y amargar la foto de los demás, el sol observa perezoso y entretenido aquella anteriormente solitaria playa, mientras piensa en lo maravilloso del dinamismo en la tierra y su fauna de animales salvajes, en lo que antes fue un aburrido cielo, mar y arena.
Una respuesta a “La fauna de la tierra”
Tan real como triste