Recogiendo Frutos

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Capítulo 5 – lluvia de estrellas

La avanzada nave teledirigida se levantó con esfuerzo en la tenue atmosfera del planeta. Su consumo era mucho mayor que en la tierra, por lo que era necesario que vuele cerca del suelo y solo se eleve en caso de ser necesario un vistazo general.

Las coordenadas del planeta todavía no son muy confiables debido a la escases de satélites orbitándolo, pero estaba claro que lo que haya sucedido, fue cerca del lugar donde aterrizaron por primera vez.

El clima era favorable y había buena visibilidad, por lo que los conductores del dron encontraron paz al volar el equipo. El paisaje exterior no era demasiado diferente a zonas desérticas de la tierra, así que cierta familiaridad les inundo de calidez el corazón, pero pronto se acercaron al punto marcado por los sensores, donde una nube de polvo dificultaba la visibilidad.

Decidieron aterrizar el dron sobre un pico cercano para ahorrar energía y esperar que se disipe el polvo, que flotaba persistentemente debido a la baja gravedad. Tampoco era una buena idea permitir que el aparato esté a la intemperie por demasiado tiempo ya que el clima podría cambiar antes de poder recuperarlo.

Scott decidió observar un rato más hasta que repentinamente, una llamarada de fuego apareció tanto detectada por los sensores como ante la cámara del dron y comenzó a disipar el polvo. La carencia de oxigeno hizo que la combustión cesara rápidamente y la escena era clara por fin; la nave estaba destruida.

Scott sabía que esto podía ocurrir, por eso se estableció la base en un lugar seguro, pero le preocupaba que el resto de la tripulación considerara esto una pérdida de esperanza pues, aunque la nave era incapaz de sacarlos del planeta, les daba la esperanza de que eso sea posible.

Uno de los pilotos del dron grito con la voz temblorosa cuando se disipo aún más el polvo y el humo que había. La cantidad de escombros era demasiado grande para ser la nave en la que llegaron, pero no se alcanzaba a ver bien debido a la distancia.

Decidieron arriesgar el aparato y volar a un lugar más cercano y, mientras aun sobrevolaban, alcanzaron a ver cadáveres destrozados entre los escombros. Scott se hacía una idea de lo que estaba pasando, pero estaba igual de paralizado que el resto que también observaban. Lo que sucedía, no eran buenas noticias.