Capítulo 3 – Libertad

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A pesar de que sabía que la Roxana que le seguía a todos lados no era la que él conocía, no trató de alejarla, pero tampoco intentó hablar con ella. Tras años de soledad, su presencia se le hacía reconfortante a la vez que amarga por los recuerdos que le traía.

Amargado y frustrado, Dorian retomó su búsqueda de respuestas. La ciudad era silenciosa como una tumba y no le sorprendería que fuera así en realidad. No eran pocos los Nodos que había visitado los que carecían de energía y las cápsulas de soporte vital solo estaban llenas de huesos resecos por el viento que erosionaba y enterraba todo poco a poco, pero este caso es diferente ya que aún cuenta con energía.
Para Dorian, esta era la primera vez que encontraba un nodo aún en funcionamiento. La persistente voz en su cabeza que lo arrastraba de un lugar a otro, se mostró interesada en esto y lo incitó a seguir investigando ante la posibilidad de encontrar la razón por la que fue arrastrado a este mundo en decadencia.

— ¿A quién buscas? — Preguntó Roxana

Tras salir por un instante de sus pensamientos, Dorian respondió con seguridad “No lo sé”
Ante esto, Roxana volvió a insistir.

— ¿Qué esperas encontrar?

— No lo sé.

Volviendo a encerrarse entre pensamientos, siguió levantando máquinas antiguas cuyo funcionamiento acabó hace mucho, pero entonces se dio cuenta de que habia estado respondiendo las preguntas de Roxana de forma automática. Estaba seguro de que no era la mujer a la que amaba, pero la sentía como otra persona. Como la compañía de alguien real.

— ¿A quién buscas? — Dorian preguntó esperando recibir una respuesta más clara que la que el podía dar, pero la usurpadora respondió como él.

— No lo sé.

— ¿Qué esperas encontrar? — insistió.

— No lo sé.

Al recibir las mismas respuestas que las suyas, intuyó que las posibilidades de que ella solo se estuviera burlando eran altas, y más al estar acentuado por el tono infantil que tenía al hablar. Irritado por esto, volvió a sus asuntos y continuó buscando entre los restos de un robot que aun parecia tener energia, pero no sabia como reactivar.

Frustrado, lo arrojó con furia contra la pared y descubrió una compuerta a un nivel más bajo, oculto entre pedazos de un piso falso que lo ocultaba.

Imaginando que habría más respuestas en un lugar oculto que al aire libre, descendió con entusiasmo mientras la falsa Roxana le seguía tarareando una canción desconocida.

El lugar se encontraba casi totalmente destruido. Montones de robots fundidos dispersos por el suelo sin señales de poder repararlos por la gran cantidad de daños que habían recibido y muchos cubrían algo parecido a un panel de control.

Caminando hacia el panel, se percató de un leve movimiento procedente de cuatro robots amontonados uno sobre otro, por eso los levantó para descubrir la razón, encontrando debajo de ellos, a una pareja inconsciente, que aún respiraba.

— Oye, despierta, necesito respuestas—. Dorian sacudía al chico sin tener en cuenta sus heridas. Su prisa se debía más a la curiosidad que al intento de salvarlos. Él sabía que la chica ya no podía salvarse y que al chico no le faltaba mucho para seguirla, por lo que le apremiaba el tiempo.

— La bomba… — El muchacho balbuceaba debilitado por el hambre. Reuniendo sus últimas fuerzas, apuntó al panel de control cercano — Libertad…

Dorian se apresuró a quitar el resto de los robots y recostar al chico en el suelo, pero sabía que no podría hacer nada por ayudarlo. Debido a que él no necesitaba nutrirse, no cargaba consigo ningún tipo de alimento y por la resistencia de su cuerpo, tampoco precisaba de ningún medicamento.

Sin herramientas que le pudieran ayudar a salvarlo, se dio cuenta de que no había una razón que lo moviera a hacerlo. Sus recuerdos le transportaron a una época donde se hubiese desesperado ante la impotencia de verlo morir, pero ahora solo esperaba con indiferencia a que la vida se le agotara como si fuera un ser mecánico de esos que hay dispersos en todos los Nodos.

El chico por fin cayó inconsciente entre terribles dolores, delirando incoherencias sobre amor y libertad, mientras la falsa Roxana observaba con una atenta mirada inquisitiva, como si la respuesta a sus preguntas estuviera en los labios del chico de los cuales solo salían las últimas bocanadas de aire que podría dar.

Dorian se levantó para examinar de cerca el panel de control y Roxana se quedó junto al muchacho. Muchos de los robots que cayeron sobre el panel eran tan voluminosos que dañaron gran parte de la estructura, pero entre los escombros, pudo discernir un llamativo botón rojo que atrajo su atención.

— ¡No lo toques! ¡Duele mucho! — Gritó Roxana desesperada.

El botón ya había sido presionado antes y el panel de control estaba fundido con un mensaje que por las características de la pantalla se había quedado fijado en el tiempo; “Explosión de Pulso Electromagnético detectada”

Dorian sabe que la tecnología de pulsos electromagnéticos aún era un fenómeno nuevo que se estaba estudiando cuando estaba vivo, pero ya era conocido que podía desactivar aparatos electrónicos si tenía suficiente energía. Eso explicaría el estado actual de muchas de las máquinas desperdigadas por todas partes, pero no aclaraba que algunas de ellas siguieran funcionando.

Mientras tanto, escondida en un rincón, Roxana se acurrucaba mientras repetía continuamente llorando:

— Lo siento… Lo siento… No lo volveré a tocar. Ya aprendí la lección. No lo toques. ¡Duele mucho!

— Por ella … A ella… — El chico pronunció sus últimas palabras entre estertores hasta finalmente morir.

— ¿De qué huían? — Se preguntó mientras pensaba en que las preguntas parecían ser cada vez más que las respuestas — Pero si ya eran libres…