Sigue sonriendo, es tu hijo, tu orgullo, la razón de tu éxito y tu gloria.
Mira, esa foto, ¿puedes ver que amplia es tu sonrisa? Era sincera, llena de felicidad. Lograste lo que siempre deseaste y lo que las chicas de tu edad siempre ambicionaron, envidiaron, desearon.
Mira, ¿ves a tu hijo? Engendro de tus fantasías y derrame de tinta en el papel. No te esforzaste más allá de un derrame de fluidos prohibidos mientras te imaginabas tu idilio con tu actor favorito.
Violencia, desprecio, sexo y promiscuidad.
Agresividad, golpes, humillaciones y dolor.
¿Realmente creías que eso era amor?
Ahora sonríe, tienes que asistir a la entrega de tus libros. Seca esas lágrimas, son difíciles de hacer pasar por felicidad. Maquilla esas manchas, no debes dejarlas ver.
Miles y miles de personas reunidas, ya no te sorprende, ¿verdad?
La primera vez fue totalmente emocionante, lo recuerdo bien y te advertí que no era lo correcto, pero tu felicidad pudo más que yo.
Fama, dinero y gloria. La admiración total de gente desconocida y para la cual no existirías si no hubieses escrito ese libro.
¿Qué haces? Se te está escapando una lágrima, sécala antes de que se corra el maquillaje, pronto llegaran tus fans.
Ah, ¿no solo es emocional el asunto? ¿Te duele? No me importa, tu solo sonríe, los bolsillos de tu esposo claman desde tu casa. Los bolsillos de tus editores claman desde la silla de atrás. Igual, toma algo de naproxeno, toma algo de sedante, ¿se te acabo el alcohol? Mejor, tienes que fingir bien.
Las niñas están llegando. Si, niñas, tuviste el descaro de elegir niñas para convertirte en el foco de su admiración. Tu misma eras niña cuando todo comenzó.
Seis años para arrepentirte de tus pecados, pero es que en realidad no habías pecado, ni el amazonas era más virgen que tú, aun así, derramabas fluidos prohibidos mientras escribías violencia. Felicitaciones, llenaste la copa.
Has engordado, has envejecido, ya no eres la chica genio del momento. Sigues luchando para mantenerte vigente así que recurres a lo mismo que te lanzo a la fama.
Te has unido a algunos movimientos tan corruptos como tú. Finges victimismo para atraer las miradas. Denuncias el mal hasta de las piedras del rio que han estado allí desde mucho antes que siquiera apareciera tu código genético.
Felicidades, ahora sonríe, firma con mano temblorosa.
“Con cariño de mi para ti”
“Para mi admiradora favorita”
“Eres especial, si yo pude, puedes tu”
Te duele la muñeca y apenas has comenzado.
Una chica sospecha que algo está mal contigo, rápido, ¡sonríe!
La miras a los ojos tratando de empatizar falsamente con ella pero alcanzas a ver moretones en su cuello, en su cara, en sus brazos y cortes en su muñeca, todo mal maquillado.
Sabes que es todo eso, lo maquillaste esta mañana, ¿lo recuerdas?
Sonríe, sonríe, ¡Sonríe!
¿Qué haces? Estas empatizando de forma incorrecta, ¿por qué te quiebras ante sus palabras?
¿Ves esa madre? Claro que sí, llama la atención sus ojos morados. Salúdala, sonríe, esto es por tu hijo, tu orgullo.
—Eres mi modelo a seguir, hice como dijiste en tu novela y luche por el amor de mi ahora esposo — dice emocionada — A pesar de que estaba en una pandilla, yo lo amaba. A pesar de que tenía otras amantes, yo lo amaba y lo amé y lo atrapé. Ahora está en su sillón esperando a que regrese. Salí sin su permiso pero valía la pena conocer a la persona que más admiro.
Las miras son una sonrisa retorcida. Entiendes bien lo que dice esta chica. No ha de ser de más de dieciséis años pero ya es madre, está casada y su esposo es o fue un pandillero. Hiciste lo mismo que ella porque era tu fantasía y ahora la fantasía de todas tus fans.
Alza la mirada, ¡no me hiciste caso cuando te lo advertí y ahora mira!
La mayoría tienen marcas mal maquilladas, lo hacen por admiración a ti, lo llaman las marcas de la victoria y muchas no llegan ni a trece.
Abre los ojos, ábrelos bien, será tu condena para toda tu vida.
Una de tus fans trae dos libros, quiere que firmes uno para ella y otro para el libro de su amiga, quien murió a manos de su esposo antes de poder venir a verte, tiene un mechón de su cabello pegado a la portada.
¿Qué haces? ¡Vuelve! Deja de correr y llorar y pega tu estúpida sonrisa a los ojos de tus seguidoras, es tu condena y castigo por ignorar a tu sentido común.